Los parásitos son seres vivos que se mantienen
a expensas de un organismo huésped o que vive en su interior. Existen tres
tipos importantes de parásitos que pueden infectar a los humanos y provocar
enfermedades:
Protozoos: son organismos unicelulares microscópicos
que pueden vivir independientemente o en forma de parásito, pueden
multiplicarse dentro de los seres humanos. Su contagio de humano a humano se da
por la vía fecal-oral, puede ser por alimentos o agua que se encuentren
contaminados por este parásito. Los protozoos que se encuentran en la sangre o
tejidos, pueden transmitirse por medio de un artrópodo vector, como puede ser
un piquete de mosquito. Un ejemplo de este tipo de parásitos son las amebas.
Helmintos: son organismos multicelulares
grandes que pueden verse a simple vista cuando ya son adultos. Estos también
pueden vivir de manera independiente o en forma de parásito. A diferencia de
los protozoos estos no pueden multiplicarse dentro de los seres humanos. Existen
tres grupos de helmintos:
•Gusanos planos (platelmintos) como
duelas y tenias•Gusanos de cabeza espinosa (acantocéfalos)
•Gusanos cilíndricos (nematodos) como larvas o lombrices.
Ectoparásitos: son organismos más grandes que
pueden observarse fácilmente a simple vista, como lo son garrapatas, piojos,
ácaros, pulgas. Estos se pegan en la piel y se entierran en ella y permanecen
allí por periodos relativamente largos. Son causantes de infecciones, pero su
principal riesgo es que pueden transmitir muchos patógenos diferentes que
pueden producir una gran morbilidad y mortalidad por las enfermedades que
causan.
Infección parasitaria
Esta puede ocasionar distintos daños al organismo:
•Destrucción de células del cuerpo más rápido de lo que estas pueden regenerarse, produciendo perforaciones, ulceraciones y anemia.
•Secreción de sustancias tóxicas que estimulan el sistema inmune y pueden producir reacciones alérgicas, daños e inflamaciones.
•Destrucción de células del cuerpo más rápido de lo que estas pueden regenerarse, produciendo perforaciones, ulceraciones y anemia.
•Secreción de sustancias tóxicas que estimulan el sistema inmune y pueden producir reacciones alérgicas, daños e inflamaciones.
Estreñimiento
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Gases
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Anemia
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Problemas de piel
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Nerviosismo
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Bruxismo
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Disfunciones. Inmunológicas
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Diarrea
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Dolores articulares
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Alergias
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Granulomas
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Trastornos del sueño
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Fatiga crónica
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Nauseas
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Trastornos gastrointestinales
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Inflamación
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Parásitos intestinales
Los parásitos más
comunes son los intestinales debido a que ingresan al cuerpo por medio de lo
que comemos o bebemos, puede ser por comida o agua infectados, también por
estar en contacto con superficies infectadas y no tener el cuidado de higiene suficiente.
Estos parásitos de alojan en el sistema digestivo y los más comunes son los
protozoos, como las amibas, y los helmintos (las conocidas lombrices o las
tenias).
Contagio
El contagio puede suceder gracias a:
•Falta de higiene en la preparación de los alimentos (no lavarlos, desinfectarlos).
•Ingerir carne de cerdo cruda o huevos crudos.
•No lavarse las manos antes de comer.
•Rascarse la zona anal, puede alojarse algo de materia fecal en las uñas, y al no tener
cuidado suficiente de lavarnos las manos, podemos infectar los alimentos.
•Los niños suelen llevarse objetos a la boca los cuales pueden estar infectados.
•Caminar descalzo
•No lavar la ropa de cama o el baño después de desparacitarse.
•Falta de higiene en la preparación de los alimentos (no lavarlos, desinfectarlos).
•Ingerir carne de cerdo cruda o huevos crudos.
•No lavarse las manos antes de comer.
•Rascarse la zona anal, puede alojarse algo de materia fecal en las uñas, y al no tener
cuidado suficiente de lavarnos las manos, podemos infectar los alimentos.
•Los niños suelen llevarse objetos a la boca los cuales pueden estar infectados.
•Caminar descalzo
•No lavar la ropa de cama o el baño después de desparacitarse.
Una infección por
parásitos intestinales puede diagnosticarse por medio de los síntomas y/o una
muestra fecal que se analiza en un laboratorio.
Tratamiento
Para su tratamiento suelen recetarse
medicamentos como secnidazol, tinidazol, metronidazol y
diodohidroxiquinolina, antihelmínticos
de amplio espectro efectivos, como albendazol, mebendazol y pirantel, que
permiten eliminar diferentes variedades de parásitos intestinales con pocas dosis. Si hay dolor de cabeza es recomendable
controlarlo con un analgésico. El malestar estomacal puede disminuir al tomar
infusiones de hierbas y conviene seguir una dieta balanceada. En muchas ocasiones los síntomas se deben a una infección mixta, bacteriana
y parasitaria, por lo que se requerirá tratamiento antiparasitario y
antibiótico conjunto.
Como evitarlos
•Tener higiene a la hora
de preparar los alimentos, lavar y desinfectar las frutas y verduras, tener
cuidado que la carne y huevos no queden crudos.
•Desinfectar el agua hirviéndola, agregando cloro, o tomar embotellada.
•Mantener limpia el área y recipientes donde se preparan los alimentos.
•Lavarse las manos antes de comer, preparar alimentos y después de ir al baño o estar en contacto con la zona anal o materia fecal.
•No caminar descalzo.
•Tener cuidado que los niños no ingieran tierra, alimentos en el suelo, o se lleven a la boca objetos que puedan estar contaminados.
•Lavar la ropa de cama e interior de forma continua.
•Desinfectar el baño.
•Desinfectar el agua hirviéndola, agregando cloro, o tomar embotellada.
•Mantener limpia el área y recipientes donde se preparan los alimentos.
•Lavarse las manos antes de comer, preparar alimentos y después de ir al baño o estar en contacto con la zona anal o materia fecal.
•No caminar descalzo.
•Tener cuidado que los niños no ingieran tierra, alimentos en el suelo, o se lleven a la boca objetos que puedan estar contaminados.
•Lavar la ropa de cama e interior de forma continua.
•Desinfectar el baño.
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